viernes, 18 de noviembre de 2016

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Muchas son las rutas culturales que existen dentro de Andalucía. Las principales son las correspondientes al Legado Andalusí.
Todas ellas partiendo de distintos lugares, se dirigen hacia Granada, último reducto de la presencia de los musulmanes en la península ibérica hasta la toma de la ciudad en 1492 por los Reyes Católicos, dando por finalizada la reconquista.
Con estas rutas lo que pretendemos es conocer parte de la historia de España y numerosos lugares de Andalucía principalmente.
Estas rutas se podrán hacer y homologar para obtener un recuerdo de dos formas distintas:
formato turista y formato randonneur, el primero mas turístico y el segundo mas deportivo.
La formula adoptada es muy singular y parecido al utilizado con el Camino de Santiago por el sellado de un carnet de ruta de los peregrinos, en ese caso de los excursionistas.
Las distintas rutas en las que se divide son rutas permanentes, por lo que se pueden realizar durante todo el año y cuando se quiera, si se desea tener un recuerdo homologado habrá que adaptarse a las normas que se detallan en el reglamento.
Algunas rutas se dividen a su vez en varios ramales que podremos ver con mas detalle en el blog correspondiente.

Hubo un tiempo en que la Península Ibérica formó parte del Islam. Fue el tiempo de Al Ándalus: ocho siglos de encuentro y pugna entre dos culturas -musulmana y cristiana- que representaron un fenómeno absolutamente singular en la Europa medieval.
Este período de presencia musulmana, prolongado hasta la expulsión de los moriscos, dejó profunda huella en toda la península, pero fue en Andalucía donde el Islam dio sus mejores frutos, visibles aún en el trazado y aspecto de muchos de nuestros pueblos y ciudades y en construcciones y edificios que han merecido en algún caso, por su espléndida belleza y valor emblemático, la consideración de Patrimonio de la Humanidad.
La cultura de Al Ándalus fue profundamente urbana, y Andalucía contó con más de sesenta ciudades relevantes cuando en la España cristiana el número de tales no pasaba de siete.
La ciudad islámica repite una serie de elementos fijos. La muralla, con sus torres y puertas, en la que a menudo sobresalía la mole de la alcazaba y el alcázar. Intramuros, la medina, abigarrada y compacta, donde se alzaban la mezquita aljama, los zocos, las alhóndigas, la alcaicería, los baños. Las ciudades más importantes tenían arrabales.
En la ciudad se formaban barrios, habitados a veces por los miembros de religiones minoritarias, mozárabes y judíos. Las calles eran tortuosas y angostas, con grandes lienzos de muro ciego y multitud de callejuelas y adarves, cuyas puertas, cerradas durante la noche, daban acceso al interior de las manzanas donde se encontraban las viviendas, guardando celosamente la intimidad familiar.
Las Rutas de El legado andalusí, o de al-Andalus, pasan por aquellos senderos que antaño fueron trazados para comunicar el Reino de Granada con el resto de Andalucía, Murcia y Portugal.
El legado andalusí recuperó estos recorridos iniciales a través de estas Rutas. Ellas nos conducen a más de 280 pueblos, muchos de ellos alejados de los circuitos turísticos habituales, ofreciendo al viajero la posibilidad de disfrutar de paisajes tranquilos, viajar de forma sosegada, degustando sus delicias gastronómicas y dejar correr la imaginación, haciendo presente el pasado y constituyen una invitación a disfrutar de la artesanía, la gastronomía, las fiestas populares y costumbres de las ciudades y pueblos por donde discurren..